El Poder curativo de los Mares



Cuando hay época de buena siembra, se acostumbra cargar un enorme pedazo de hielo. El hombre lo carga en sus espaldas desde los nevados y lo lleva hasta el mar en donde lo deposita; le hace su pago, le habla, le agradece al mar para que renueve este proceso y no haya escasez de agua. Esto es una tradición de muchos pueblos andinos por miles de años.

El mar es lo primero que el dios Wiracocha creador de todas las cosas dio a este mundo, pues él mismo vino de allí. En nuestra cosmovisión, es de donde nacen todos los seres, el origen de la vida. El sonido de la naturaleza de los mares es de sanación y mántrico pues el vaivén de sus olas nos hace sentir el sonido del cosmos, de lo primigenio de nuestro origen como seres vivos humanos y animales. El sonido del mar nos hace recordar que somos infinitamente pequeños ante su grandeza y a la vez grandes en espíritu. Su poder sanador, curativo y reflexivo es vital para la armonización humano-naturaleza. Los hombres andinos le llamamos con respeto “MAMACOCHA”, madre de todas las aguas en legua quechua.

Transmite
Emilio Urbay
Músico
Perú

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